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Nadie dijo que fuera fácil, nadie dijo que fuera imposible

Nadie dijo que fuera fácil, nadie dijo que fuera imposible

De pronto llega un día en que todo parece nuevo, en el que te levantas y te preguntas cómo has llegado hasta aquí. El camino, aunque arduo, te ha construido como persona más sólida, más emotiva y más determinada. Recuerdas los inicios, aquellos momentos en los que sentiste que habías encontrado lo que daba sentido a tu vida, y en los que la motivación era tan intensa que no pudiste, por más que intentaras, dejar de hacer realidad un sueño, una ilusión, una visión.

El viaje resultó ser una aventura diaria, absolutamente intensa, y con billete de ida. La vuelta quedaba abierta y a merced de miles de circunstancias imprevisibles que, aunque quisieras planificar, no estaban en ningún manual de uso. Los miedos fueron compañeros de trayecto que iban y venían según avanzaba el trayecto.

De aquel primer paso hasta este momento has pasado por situaciones que ahora parecen inverosímiles y que, si lo hubieses sabido, a lo mejor hubieses escogido otro equipaje, pero nunca hubieses renunciado a la experiencia. Has ganado y has perdido personas. Algunas te han acompañado por largo tiempo, otras por menos, aunque gracias a todas ellas hoy estás aquí.

Te construiste y te caiste, volviste a construirte una y otra vez—a pesar de los obstáculos, a pesar de las decepciones, de las frustraciones, de las dificultades. Experimentaste las satisfacciones a flor de piel, la emoción de sentirte atrevida, la fuerza vital de saber que siempre hay otra posibilidad…

Y hoy, descubres profundamente que tu esencia sigue siendo la misma, y que el viaje continúa. Una aventura que realmente nunca acabará porque forma parte de ti, porque estás convencida de hacia dónde te diriges y que a pesar todo siempre merece la pena arriesgarte por aquello en lo que crees y que mueve tu alma, tu cuerpo y tu mente. Porque eres emprendedora y porque nadie dijo que fuera fácil, y nadie dijo que fuera imposible.

Hoy damos gracias a un camino, a nuestras familias, a personas que queremos, a miles de aprendizajes y a centenares de proyectos que hemos acompañado y formado. No ha sido fácil pero ha merecido cada segundo dedicado. Y seguimos adelante porque el sueño nunca acaba—queda mucho por hacer, por aprender y por recorrer. Nuevas aventuras nos esperan en nuestro propósito de colaborar y contribuir, en aportar a la construcción de nuevos modelos que permitan la equidad social y una armonía local con impacto global. El viaje continúa!